miércoles, 17 de noviembre de 2010

No entiendo la llamada raza superior


Por: Jesús Nova

Hace días vengo realizando algunas reflexiones sobre el orden y respeto, motivado al observar como muchos de nosotros los que nos hacemos llamar la raza superior nos comportamos. La verdad de todo esto, es que no conozco ningún animal del que nos atrevemos a llamar inferior, que cometa actos tan detestables como los que cometemos nosotros, sobre esto es que las que les quiero compartir en esta ocasión.

¿Cuál de esos animales que llamamos inferior mata si no es por hambre o para defender su vida?, ¿Cuál de ellos escupe el agua que ha de beber el u otro de su especie?, ¿Cual corta los árboles que le dan sombra y fruto?, ¿Cual acumula solo por codicia?, ¿Cual maldice o destroza lo que posee el otro solo por envidia?, ¿Cual mata solo por el placer de ver a alguien morir?, ¿Cual es engañador, mentiroso, farsante, violador del orden natural?, ¿Cuál envenena el aire?, ¿Cual díganme cual es capaz de susurrar al oído de algunos, una mentira que afecte a toda la manada?.

Estoy casi seguro que no han encontrado como responder a estas interrogantes, pues les tengo una información que quizás no sea de su agrado, somos nosotros los seres humanos, los únicos de todo el reino animal quienes cometemos esos episodios tan denigrantes, y podemos sumar a todo esto, otras acciones como la ingratitud y la perversidad con la que se maneja un grupo de personas de esas que osan llamarse inteligentes y superiores, les pongo solo un ejemplo.

Desde hace ya dos semanas hay un grupo de estos súper inteligentes humanos que ha dedicado parte de su tiempo a matar a mí querido y amado gordo Freddy Beras, no entiendo cuál es el interés que pueda tener una persona que haga esto, ¿Que le puede mover tanto morbo?, ¿Cuál es el deseos de poner en vilo a una población que al igual que yo, quiere y respeta a esa familia y a ese hombre del pueblo? Ese hombre por si no lo saben esos perversos es patrimonio de esta nación, ¿Quién puede tener tan poca sensibilidad y tanta falta de amor y respeto hacia la vida?

Y lo más grande de todo esto es que insistimos en llamarnos seres superiores, en vez de tantas calumnias, mentiras he ingratitudes, no nos tomamos un poco de tiempo para orar y pedir a Dios por Freddy, por el querido gordo. Freddy, el mismo que tantas veces nos hizo reír y llorar, enojarnos con las injusticias y alegrarnos con los aciertos de nuestros gobernantes, el que nos llevó a través de la pantalla chica y durante tanto tiempo a conocer lugares donde quizás jamás pongamos nuestros pies, el que nos llenó siempre con su risa y optimismo.

Por él y para él, hagamos oraciones al creador, por favor paremos de hacer rodar informaciones que no son ciertas.


martes, 16 de noviembre de 2010

Estos Tiempos

Por: Jesús Nova

Este es el tiempo que mis padres siempre sabios, me decían que llegaría y yo no les creía, pero así son las cosas, unos primero otros después, y digo esto porque ahora soy yo quien me atrevo a adelantarme a los acontecimientos y mis vástagos no me creen, entendiendo que he entrado en el grupo de los padres exagerados.

En estos tiempos en que me encuentro con grupos de amigos, ex amigos y conocidos a los cuales por lo menos que yo recuerde no les retirado mi amistad sino ellos a mí en el entendido de que no estoy en su parcela política o en su partido político y pregunto yo: ¿cuándo es que he militado en partido alguno? es cierto que en innúmeras ocasiones he dicho que soy parte de la Nueva Alternativa, pero nunca he sido activista ni de este, ni de ningún otro.

Hago está reflexión, pues mi madre siempre me dijo: mi hijo los políticos no son amigos de nadie y casi estoy obligado a darle la razón, si no fuera por escasa acepciones. Y mí querido viejo replicaba una y otra vez: muchacho prepárate y fortalécete en lo tuyo, pues cuando tú menos lo esperas esos en los que tanto confías, te sacan la alfombra de los pies y caerás al suelo, lo que realmente me parecía bastante pesimista.

Ese tiempo en que los hijos estarían contra los padres y los padres contra los hijos, solo me parecía un episodio de terror de esos que se describen en la biblia, pero veo que era verdad, saber que en muchos casos los amigos no son realmente amigos, que hasta los hermanos por intereses puramente económicos se pelean y se convierten en férreos enemigos, que casi nadie respetará la mujer de su prójimo y que desearíamos hasta más no poder los bienes de nuestro hermano, confieso, todas estas cosas las entendía extrañas y alarmistas.

Llegado este momento, donde hasta líderes religiosos se han convertido en negociadores, en intermediarios de gentes deshonestas, en gentes sucias y manchadas con dinero de muerte y narcotráfico, pero que se venden en nuestra sociedad como amables y buenos ciudadanos que hasta hacen obras de bien social, inclusive hasta tienen fundaciones para hacer el bien, aunque no son más que farsantes de la moral.

Estos tiempos donde comunicadores venden su palabra al mejor postor, donde lo honesto parece no tener sentido y solo los que amasan fortunas sin importar de donde venga, son respetados y amados en nuestro país. Todas estas cosas mis padres me las anticiparon hace ya muchos años ¿pueden creerlo? Y no les creía.

Que las drogas serían el mejor negocio del mundo y también el que más muertes traería, que superaría el negocio maldito de la venta de armas que solo sirven para quitar vidas, que los jóvenes estarían atracando, usando drogas, matando por encargo y muchas otras cosas más.

Decían que hablar de amor, solidaridad, hermandad, lealtad, cariño, respeto a la vida, la naturaleza sería tarea de unos pocos soñadores, que además hablarían de un Dios de amor, aunque muy pocos le asieran caso.

Estas cosas me anticiparon mis padres, repito no les creía, pero…. Si hay un solo chance para unirme a ese grupo de soñadores y soñadoras por favor, por amor, tomen nota y me incluyen.

domingo, 7 de noviembre de 2010

La honestidad

Ser honesto es ser real, auténtico, genuino. Ser deshonesto es ser falso, ficticio, impostado. La honestidad expresa respeto por uno mismo y por los demás. La deshonestidad no respeta a la persona en si misma ni a los demás. La honestidad tiñe la vida de apertura, confianza y sinceridad, y expresa la disposición de vivir en la luz. La deshonestidad busca la sombra, el encubrimiento, el ocultamiento. Es una disposición a vivir en la oscuridad.

La deshonestidad no tendría ningún papel en un mundo en que imperara la realidad y estuviera habitado por seres humanos plenamente conscientes. Desgraciadamente, debemos de convivir con la deshonestidad. Los humanos, abrigamos una variedad de tendencias e impulsos que no armonizan espontáneamente con la razón. Los seres humanos necesitan práctica y estudio para convertirse en personas benévolas en las que retomar la chispa divina de la que emergimos. En ese intento hacen muchas cosas que la prudencia les aconseja ocultar.

Mentir es una “fácil” herramienta de ocultamiento y, cuando se emplea a menudo, pronto degenera en un vicio que arrastra hacia lo contrario.

La honestidad es de suma importancia. Toda actividad social, toda empresa humana que requiera una acción concertada, se atasca cuando la gente no es franca. La honestidad no consiste sólo en la franqueza, la capacidad de decir la verdad, sino en la honestidad del trabajo honesto por una paga honesta.

¿Cómo se cultiva la honestidad? Como la mayoría de las virtudes, conviene desarrollarla y ejercitarla en armonía con las demás. Cuanto más se ejercita, más se convierte en una disposición afincada. Pero hay una respuesta rápida que se puede dar en tres palabras: tomarla en serio.

Se debe reconocer que la honestidad es una condición fundamental para las relaciones humanas, para la amistad, para la auténtica vida comunitaria. Pero se debe tomar en serio por sí misma, no “como la política más conveniente”.
Hay una gran diferencia entre tomar en serio la verdad y no dejarse pillar. Los padres a menudo decimos “que no te pille de nuevo”, y es comprensible, pero una vida buena y honesta es más que eso. El desarrollo moral no es un juego de “píllame si puedes”. Conviene concentrarse en lo que importa de verdad, la clase de persona que uno es, y la clase de persona que uno quiere ser.

No hay medias tintas con la honestidad.

La pregunta

Si el mundo entero fuera como tú (ni una pizca mejor), si fuera igualmente puro y franco, tan puro y franco como tú, igualmente libre de malas intenciones, de extorsiones y engaños, de planes para burlar al prójimo, de planes para engañar al prójimo, de planes para aplaudir al desalmado... ¿sería mejor el mundo?

Si el mundo entero te siguiera (al pie de la letra) ¿sería un mundo más noble, totalmente despojado de engaños y falsías, la malicia, el egoísmo y la lujuria se borrarían bajo esa costra que cubre el corazón humano? Dime, si a ti te imitara, ¿sería mejor el mundo?

BUSCA LA VERDAD EN TI MISMO ANTES DE BUSCARLA EN LOS DEMÁS.

Desde ahí, es que debes empezar a entender la realidad de la honestidad.